El socialismo utópico y científico: la lucha del socialismo con la identidad propia.

Anonim

Utopian vs Scientific Socialism

Trabajadores del mundo, únanse! Así va el famoso grito de guerra que se encuentra en El Manifiesto Comunista, escrito por Karl Marx y Frederich Engels. En este tratado sin disculpas que favorece a una sociedad sin clases y sin estado, Marx y Engels sentaron las bases para el pensamiento socialista revolucionario. El único problema era qué tipo de socialismo debían reunir estos trabajadores del mundo. Al igual que cualquier ideología, el socialismo es una entidad fracturada con varias interpretaciones de sus principios. Dos de estas interpretaciones divergentes del socialismo son el socialismo utópico y el socialismo científico.

Es importante destacar primero los puntos en común entre estas dos escuelas de pensamiento. Sus introducciones en el discurso filosófico de sus tiempos dados fueron consideradas radicales, basadas en que sus defensores desafiaron muchas instituciones tradicionales y estructuras de poder. Ambas tradiciones filosóficas anhelan una sociedad igualitaria, una en la que las clases o divisiones socioeconómicas no obstaculicen la capacidad de las personas para mantenerse a sí mismas y a sus familias. Estas ideas inspiraron a sus proponentes a hacer más que hablar; inspiraron la acción, ya sea formando enclaves comunales separados de la sociedad o luchando contra revoluciones para usurpar el poder.

El socialismo utópico es anterior a su contraparte científica. De hecho, es anterior al texto seminal de Marx y Engels. Entre los filósofos destacados se incluyen Claude Henri de Rouvroy, Charles Fourier y Robert Owen. Inspirados por la Revolución Francesa, muchos de estos pensadores crearon y celebraron principios igualitarios, como el sufragio de las mujeres, el final del feudalismo, los sindicatos, las redes de seguridad social y la vida comunitaria. Muchos de estos pensadores de principios del siglo XIX inspiraron la separación comunal de la sociedad en general, donde grupos voluntarios de personas vivían y trabajaban fuera de los ámbitos de la cultura tradicional. Los socialistas utópicos podrían considerarse los primeros hipsters del movimiento socialista. En otras palabras, eran socialistas antes de que fuera genial ser socialista.

Para los socialistas utópicos, su homónimo no fue creado hasta después del hecho. Aunque profundamente inspirado por los filósofos socialistas utópicos, Karl Marx agregó "utopian" como una etiqueta peyorativa como un medio para crear una zona de amortiguamiento de distinción entre él y el socialismo científico. Una de las mayores críticas de Marx al socialismo utópico es que la mayoría de sus fundamentos filosóficos son anteriores a la Revolución Industrial, una época de gran expansión económica y avance tecnológico que también estratificó las clases socioeconómicas y desarrolló brechas crecientes de equidad económica. Como los pensadores utópicos no pudieron resumir su filosofía en esta era histórica específica, no pudieron identificarse con la lucha de clases, que es la pieza central de todo el pensamiento socialista moderno.

El socialismo utópico era una mezcla de principios igualitarios que no necesariamente se enraizaban en el empirismo. Marx buscó formalizar y codificar el socialismo como una teoría socioeconómica empapada en el método científico. El desarrollo del socialismo científico fue probado en el laboratorio de la historia. Esta filosofía estableció su principio primordial de que todas las épocas históricas fueron el resultado de condiciones económicas. Además, esas condiciones económicas produjeron desigualdades en el poder político, social y económico. La estratificación de la clase económica fue acelerada por el surgimiento del capitalismo industrial durante la segunda mitad del siglo XIX, que creó dos clases dispares de personas: el proletariado y la burguesía. La primera era la clase obrera que solo podía proporcionar trabajo como su principal forma de capital económico. Esta última era la clase dominante de los que poseían tierras, negocios y persuasión política. A medida que las condiciones empeoraban para el proletariado, el socialismo científico describía el inevitable colapso del sistema capitalista y su posterior reemplazo de un sistema socialista sin clases y sin estado. A pesar de sus afirmaciones de objetividad, el socialismo científico no es del todo ciencia, al menos, no de la misma manera que lo son la física, la química, la microbiología y otras ciencias naturales. Muchos críticos argumentan que la filosofía socioeconómica comienza con su hipótesis de guerra de clases y trabaja en la historia para demostrar su validez, que es exactamente la trayectoria opuesta del método científico. El socialismo científico es, como todas las otras ideologías, es la lente que ciertas personas usan para ver el mundo de manera diferente a las demás.

Independientemente de sus diferencias, tanto el socialismo utópico como el científico desafiaron con vehemencia el status quo de la inequidad y la impotencia de las personas empobrecidas en todo el mundo. El impacto histórico de estas filosofías no se puede negar, desde la formación de la Unión Soviética hasta las guerras que se libraron para contener la propagación de tales ideologías en las últimas décadas. Aunque en declive en la popularidad global, el socialismo todavía se presenta como una espina siempre presente en el lado del establecimiento político.