Neumonía y absceso pulmonar.
La neumonía y los abscesos pulmonares son afecciones médicas graves que afectan al tejido pulmonar que necesitan un tratamiento médico vigoroso.
Un absceso pulmonar se caracteriza por la muerte o necrosis de los tejidos pulmonares que se produce junto con el desarrollo de pus. Esto se forma, cuando el tejido pulmonar es destruido por una infección bacteriana severa. La infección puede ocurrir después de la aspiración, debido a un tumor de pulmón o debido a la presencia de un cuerpo extraño dentro de los pulmones. Una vez que el tejido se vuelve necrosado o muerto, las bacterias invaden y florecen en dicho tejido, destruyéndolo y creando una cavidad llena de pus que se llama absceso.
La neumonía se refiere a la inflamación de los pulmones que puede ocurrir debido a una lesión química, una infección por virus, bacterias u hongos, o la aspiración de alimentos a los pulmones. Esta inflamación del tejido pulmonar o parénquima conduce a fiebre alta con escalofríos, escalofríos, tos severa con pérdida de apetito y peso. Las neumonías se clasifican según los síntomas en típicas y atípicas. Además, se pueden clasificar según el lóbulo del pulmón afectado y según el organismo causante de la infección.
Diferencia de causas
Los abscesos pulmonares son producidos por bacterias que pueden sobrevivir sin oxígeno, también llamadas bacterias anaeróbicas. El sitio más común para este tipo de bacterias es la cavidad bucal. Debido a las infecciones de la boca, garganta, dientes o encías, estos organismos pueden ser arrastrados hacia los pulmones. Las condiciones tales como la alteración de la conciencia, el coma, el mal reflejo de la tos o la mala capacidad para tragar como se ve en pacientes ancianos o paralíticos son ejemplos comunes que conducen a la aspiración.
La neumonía puede ocurrir debido a una infección de virus, bacterias, hongos o etc., pero las personas propensas a tales infecciones son aquellas que tienen una inmunidad comprometida, como en casos de VIH, cáncer, personas que padecen enfermedades pulmonares, hepáticas o renales crónicas, pacientes alcohólicos Personas desnutridas. Las lesiones al pulmón que conducen a neumonía pueden ocurrir debido a la inhalación de humos metálicos tóxicos en las industrias o debido a la aspiración de alimentos / cuerpos extraños en los pulmones. Un factor de riesgo común es el alcoholismo.
Diferencia en manifestaciones.
En el absceso pulmonar, el paciente generalmente presenta fiebre de bajo grado con letargo, tos húmeda y, a menudo, esputo con olor desagradable con sangre, debilidad y dificultad para respirar. Estos pacientes generalmente informan de una enfermedad dental asociada o una caries dental.
En la neumonía, los síntomas varían de pacientes leves, moderados a graves. La historia incluye fiebre de alto grado con escalofríos, pérdida de apetito y peso, dificultad para respirar, dolor en el pecho por inhalación profunda y tos con producción de esputo, con o sin sangre. En casos severos, debido al suministro de oxígeno deficiente, el paciente puede incluso confundirse y desorientarse.
Diferencia en el tratamiento
El tratamiento del absceso pulmonar consiste en antibióticos que continúan hasta que la radiografía muestra un campo pulmonar claro. Además, el drenaje de pus se puede hacer en caso de que se recoja en la cavidad pleural (empiema). En los casos de un absceso muy grande, podría ser necesaria la lobectomía en la que se extirpa todo el lóbulo afectado.
Las neumonías se tratan con un tratamiento antibiótico oral inicialmente, mientras que se realiza una prueba de cultivo de esputo y se identifica el organismo específico para comenzar con un tratamiento antibiótico apropiado. En casos de neumonía, se presta especial atención a la terapia de apoyo como la hidratación, la broncodialación y la oxigenación.
Resumen
La neumonía es una inflamación de los pulmones y la enfermedad se desarrolla debido a cualquier proceso inflamatorio. Si no se trata, le sigue un absceso pulmonar, donde hay una acumulación de pus en un tejido pulmonar ya inflamado. En el absceso pulmonar, el tejido pulmonar se destruye y se forma una cavidad llena de pus, mientras que la neumonía muestra una inflamación difusa del parénquima pulmonar. El tratamiento consiste en el drenaje de pus y antibióticos para un absceso, mientras que las neumonías se tratan solo con antibióticos.