Checo y eslovaco

Anonim

Checo y eslovaco Los checos y los eslovacos formaron una sola nación entre 1918 y 1992 y se llamaron Checoslovaquia. Durante la ocupación nazi entre 1939 y 1945, la región fue dividida y parcialmente incorporada a Alemania. En este período existió un gobierno checo en el exilio, mientras que la parte eslovaca existió por separado.

Aunque hay muchas similitudes entre sus idiomas, los checos y los eslovacos hablan diferentes lenguas, a saber, checo y eslovaco respectivamente. La disposición de la tierra checa es en su mayoría colinas suaves con algunos interludios planos en las colinas a lo largo de la frontera. Eslovaquia, por otro lado, es plana hacia el sur y tiene montañas escarpadas de la variedad alpina en el norte.

A pesar de las muchas similitudes entre las dos naciones, que incluyen muchos matrimonios entre comunidades, hay muchas diferencias culturales. A los checos les gusta su cerveza, mientras que los eslovacos van por su slivovice (ciruela), vino y borovià „ka (ginebra). Los checos son bastante tranquilos en lo que se refiere a la religión, siendo mayormente agnósticos, mientras que la mayoría de los eslovacos son católicos ardientes y algunos de ellos son seguidores de la denominación ortodoxa.

Los checos, eran muy conscientes de las oportunidades perdidas durante su pasado comunista, tomaron caminos occidentales y no se preocuparon mucho por su vecino del este. Eslovaquia, por otra parte, bajo el gobierno del Primer Ministro, Vladimir Mecair, sufrió económicamente, ya que su régimen no fue particularmente similar al de las potencias de Europa occidental que prohibieron la entrada de Eslovaquia en la Unión Europea.

Praga, una de las grandes ciudades de Europa, es la capital de la República Checa, mientras que los eslovacos tienen Bratislava, aunque no es una ciudad tan grande como la primera pero sí muy importante.

Ubicado estratégicamente cerca de ese gran río europeo, el Danubio. De los dos países, los checos tienen muy poco tiempo para sus antiguos compatriotas y miran únicamente a Occidente en busca de inspiración, mientras que los eslovacos son un poco relajados en su enfoque y aún se interesan en los asuntos de su vecino occidental.

Lo importante a destacar aquí es que, a diferencia de las turbulentas historias de sus otros vecinos europeos, los checos y los eslovacos, en su opinión, intentaron y en gran medida lograron existir como una sola nación durante setenta años, y cuando llegó el momento de ofertar a cada otro adiós, lo hicieron de una manera muy ordenada y civilizada, casi sin rencor. Hoy en día, ambas naciones esperan tallar sus destinos separados de la manera que mejor satisfaga las aspiraciones de sus respectivos pueblos.

Lea más sobre la cultura checa y eslovaca.