Fiebre y sofocos

Anonim

Fiebre contra los sofocos

La fiebre, o pirexia, se describe como un aumento de la temperatura corporal como respuesta a cierta enfermedad o enfermedad. Es un síntoma común de una condición médica. A medida que aumenta la temperatura del paciente, pueden sentirse fríos antes de que su temperatura se estabilice o se detenga.

La fiebre no es una forma de enfermedad sino más bien un indicador de que el cuerpo está luchando contra una infección causada por virus o bacterias. El aumento de la temperatura corporal ayuda a una persona a descubrir la infección. Sin embargo, hay ocasiones en que la temperatura corporal puede ser demasiado alta para que la fiebre sea lo suficientemente grave como para causar complicaciones. Pero mientras la fiebre siga siendo leve, realmente no hay nada de qué preocuparse. No es necesario esforzarse demasiado para tratar de bajar la fiebre. Sin embargo, una lectura de la temperatura corporal más allá de los 39 ° C ya no se clasifica como una fiebre leve. Si la fiebre sigue siendo leve, simplemente indica que el cuerpo está trabajando para combatir la infección.

La fiebre generalmente se alivia administrando antipiréticos o medicamentos que bajan la fiebre. Si la fiebre comienza a ser molesta, se pueden administrar estos medicamentos. La fiebre puede ser causada por la varicela, la faringitis estreptocócica, la gripe, el golpe de calor y la abstinencia del alcohol, entre otras cosas. Cuando una persona tiene fiebre, puede sentir frío, incluso si no tiene frío, y puede temblar, perder el apetito y sentirse deprimido. Un paciente también puede tener una mayor sensibilidad al dolor, sentirse más cansado de lo normal y tener problemas con la concentración.

Por otro lado, los sofocos son una sensación cálida que se siente en todo el cuerpo y comienza desde el área de la cabeza y el cuello. Los sofocos son más comúnmente sentidos por las mujeres después de su etapa de menopausia. Sin embargo, no todas las mujeres en su etapa menopáusica pueden experimentar este síntoma. Se cree que la disminución de los niveles de estrógeno es la causa de este síntoma particular. Un sofoco también puede presentarse como resultado de tomar ciertos medicamentos, y algunas veces puede ocurrir con cánceres o infecciones graves. Los sofocos se caracterizan por enrojecimiento de la piel, sudoración excesiva, especialmente al dormir.

Al igual que la fiebre, los sofocos no son una enfermedad sino un síntoma. Con una evaluación cuidadosa del historial médico del paciente, el médico puede determinar si una mujer está experimentando sofocos. Los sofocos también pueden ser provocados por la cafeína, el alcohol, las pastillas para adelgazar, los alimentos picantes, las saunas, el clima caluroso, los cuartos calientes y el fumar. Los sofocos se pueden tratar con terapia de hormonas bioidénticas y otros tratamientos alternativos. Es posible que los tratamientos no hayan demostrado ser eficaces y que tampoco estén aprobados por la FDA.

Resumen:

  1. La fiebre se define como un aumento de la temperatura corporal como respuesta a cierta enfermedad.
  2. La fiebre es un indicador de una infección en el cuerpo causada por virus o bacterias, mientras que los sofocos se experimentan debido a la disminución de los niveles de estrógeno.
  3. Tanto las fiebres como los sofocos no son enfermedades sino síntomas.
  4. Las fiebres se alivian con los antipiréticos, mientras que los sofocos se pueden aliviar con terapia hormonal u otros tratamientos alternativos.
  5. Los sofocos son generalmente experimentados por las mujeres menopáusicas, mientras que la fiebre es experimentada por cualquier persona que pueda tener una infección.
  6. Los sofocos se caracterizan por enrojecimiento de la piel y sudoración excesiva, especialmente al dormir.
  7. Las fiebres se caracterizan por un aumento de la temperatura según se lee en un termómetro en el que una lectura de 39 ° C se considera una fiebre leve que generalmente no es alarmante.
  8. Los sofocos pueden ser el resultado de ciertos medicamentos, mientras que la fiebre suele ser el resultado de una infección que el cuerpo está tratando de combatir.