Afib y Flutter

Anonim

Afib vs Flutter

En el lenguaje médico, afib es otro nombre para la fibrilación auricular, mientras que flutter significa flutter auricular. Ambos términos son tipos similares de arritmia cardíaca, que corresponden a latidos cardíacos anormales ejemplificados por ritmos irregulares y pulsos repentinos. El afib y el aleteo se producen cuando una de las regiones del corazón, las aurículas, late a un ritmo mayor.

En un corazón normal y saludable, se supone que las aurículas se contraen cuando los ventrículos pasan al estado de reposo. La contracción de las aurículas canaliza la sangre hacia los ventrículos. Sin embargo, cuando el corazón tiene una condición de afib o flutter, las aurículas no se contraen de manera coordinada y, como resultado, los ventrículos no se llenan de sangre hasta su capacidad máxima. Esto resulta en un bombeo ineficiente de la sangre, que conduce a síntomas como debilidad, mareos, dolor en el pecho y palpitaciones.

El peor de los casos es la insuficiencia cardíaca total en forma de accidente cerebrovascular, que puede provocar una discapacidad permanente o la muerte. La diferencia entre afib y flutter tiene que ver con la progresión. El aleteo ocurre primero, e involucra solo una arritmia temporal menor. Después de un cierto período de tiempo, el corazón volverá a su rutina normal de latidos, o desarrollará una enfermedad. Afib puede ocurrir de manera intermitente, sin embargo, en casos peores plaga el corazón constantemente. El aleteo puede progresar hasta una fibra óptica si la persona afectada tiene una predisposición o si ya ha desarrollado una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad de las arterias coronarias, presión arterial alta o trastorno de la válvula mitral.

Afib hace que la sangre que queda en la aurícula izquierda se coagule, lo que puede llevar a más complicaciones. Dichos coágulos pueden bloquear las arterias en cualquier parte del cuerpo, cortando el flujo de sangre a un área afectada. Los médicos determinan la severidad de la afib mediante la verificación de los síntomas de la persona afectada y la medición de la frecuencia de latido de los ventrículos. La frecuencia de latidos más rápidos generalmente coincide con síntomas más graves y puede servir como preludio de un derrame cerebral o insuficiencia cardíaca total. El flutter y el afib pueden detectarse simplemente controlando la frecuencia cardíaca de una persona.

Si un médico sospecha de aleteo, generalmente somete a la persona afectada a un ECG o electrocardiografía para confirmar la arritmia. Para determinar si se han formado o no coágulos en la aurícula izquierda, el médico también puede optar por realizar una ecografía en el paciente. Durante las emergencias en las que la persona afectada ha sufrido un shock, pérdida de la respiración o dolor en el pecho, un médico puede recurrir a un desfibrilador cardioversor, que aplica electricidad para obligar al corazón a volver a su latido normal.

Se pueden administrar al paciente medicamentos como propanolol, diltiazem, verapamilo y digoxina para disminuir los latidos del corazón. Tenga en cuenta, sin embargo, que incluso si estos medicamentos reducen el aleteo o el afib, es posible que no sean suficientes para restablecer por completo el ritmo cardíaco normal. Si estos medicamentos resultan ser inadecuados, se pueden inyectar medicamentos adicionales como la dofetilida, la procainamida y la ibutilida para restablecer el ritmo cardíaco normal al instante. Si las drogas o la descarga eléctrica resultan ser ineficaces, el último recurso sería cortar el enlace entre los ventrículos y las aurículas y volver a conectarlo a través de un marcapasos artificial. Después del tratamiento, el paciente debe permanecer bajo observación durante meses para asegurarse de que el aleteo o el afib no se repita.

Resumen:

1. El flutter y el afib se producen como tipos similares de arritmia cardíaca que comienzan cuando las aurículas se contraen de manera irregular, lo que provoca un flujo sanguíneo insuficiente a los ventrículos y un bombeo ineficiente de sangre por todo el cuerpo.

2. El flutter precede al afib. El aleteo puede cesar después de algún tiempo, o puede convertirse en un afib, en el que la arritmia ocurre con más frecuencia.

3. El flutter y la afib son comunes en personas predispuestas o que ya tienen enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad arterial coronaria, presión arterial alta o trastorno de la válvula mitral.

4. Las descargas eléctricas y las drogas pueden curar el aleteo y el afib. El tratamiento más difícil sería reemplazar la conexión entre los atrios y los ventrículos con un marcapasos artificial.